LA MASCARA JAPONESA
Yo, Ito Toshitsugo
saqué mi cabeza de un agujero durante la noche
para comerme el cristal de un establecimiento comercial
en la Venecia japonesa.
Atraído por los cebos lumínicos
y los tubos de plástico.
Dos meses
como una anguila
ante el pabellón dorado del bazar
permanecí extático.
Largo y delgado
estilizado por el hambre
una anguila de agua dulce
en el gran puerto marítimo.
Sesenta millones de personas
pasaron por mi lado
no me vieron.
Sesenta millones
ocupadas en las compras navideñas
cegadas por la luz artificial
por las ramas (falsas)
del árbol donde recosté mi cuerpo.
Yo, Ito Toshitsugo
me convertí en el cadáver de un hombre de sesenta años
sin domicilio conocido
en uno de los barrios más populosos de Osaka.
Que alguien toque para mí la flauta de hierro.
(De Parloteo de Sombra)
Die japanische Maske
Ich, Ito Toshitsugo
zog meinen Kopf nachts aus einem Loch
und verschlang das Schaufenster eines Einkaufszentrums
im japanischen Venedig.
Angelockt von Leuchtködern
und Plastikrohren.
Zwei Monate lang
wie ein Aal
vor dem goldenen Pavillon des Basars
war ich in Extase.
Groß und schlank
vom Hunger geformt
Süßwasseraal
im großen Meereshafen.
Sechzig Millionen Menschen
gingen an mir vorbei
ohne mich zu sehen.
Sechzig Millionen
beim Weihnachtseinkauf
geblendet vom Kunstlicht
von den Ast-Attrappen
des Baumes, an den ich meinen Körper lehnte.
Ich, Ito Toshitsugo
verwandelte mich in die Leiche eines sechzigjährigen Mannes
mit unbekanntem Wohnsitz
in einem dichtbevölkerten Viertel Osakas.
Möge jemand für mich die eiserne Flöte spielen.