XXXII.
Gespiegeltes Entweder-Oder
in der absoluten, atomaren Epoche,
bleibt kein Rückstand
im Namen des Namens
und von dieser Frucht,
die eminent dreckig ist,
in Graffiti an der Grottendunkelheit,
durchgestrichene Zeichen
werden übereinander gelegte Codes,
weisen den Weg
ins Wunderland eines Mädchens
mit schwarzem Ponykopf
(dem steht es grünäugig
ins Gesicht geschrieben),
sie schwarzräumt das Blatt,
das Weiße tritt herein
in eine neue Richtmanie,
um Evas willen
reißt man ihnen die Masken
herunter und kommt
zurück auf die Streuungsbreite
von Gut und Böse und Jenseits.
Eine goldene Babymumie
bündelt die Geschichte.
XXXII.
Un „una de dos“ espejado
en la era atómica, absoluta,
no queda residuo
en el nombre del nombre
y de ese fruto,
que es eminentemente sucio,
signos tachados
en graffiti en la penunmbra de la gruta
se vuelven códigos superpuestos
señalan el camino
hacia el País de las Maravillas de una chica
con cabeza de flequillo negro
(eso lo lleva ojiverde
escrito en el rostro),
ella despeja con negro la hoja,
lo blanco ingresa
en una nueva criteriomanía,
por el amor de Eva
les arrancan las máscaras
del rostro y llegan
de vuelta a la amplitud de dispersión
del bien y el mal y el más allá.
Una dorada momia bebé
reúne los hilos de la historia.